En este tipo de orientación, las instituciones educativas deben asumir una responsabilidad académica diferente a la tradicional y construir un proyecto novedoso que incluya el desarrollo teórico, la integración de las funciones sustantivas, los planteamientos curriculares, el énfasis en la formación docente y los aspectos didácticos. Desde un punto de vista esquemático, la formación integral precisa desarrollar por lo menos los siguientes aspectos:
a) Ideológicos: solidaridad, conciencia personal y colectiva.
b) Epistemológicos: teoría del conocimiento, relación sujeto - conocimiento.
c) Funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión.
d) Curriculares: plan de estudios, programas.
e) Formación docente: actualización.
f) Didácticos: proceso de enseñanza y aprendizaje.
En la formación integral, el aprendizaje de las profesiones implica no sólo la adquisición de los conocimientos específicos y las técnicas adecuadas para el ejercicio profesional, sino también requiere la internalización de valores, actitudes y formas de comportamiento que contribuyan a que el estudiante participe en la transformación y el mejoramiento de las condiciones sociales.
Para cumplir en plenitud con la función docente se requiere abordar la educación superior con un sentido en donde el profesor y el estudiante se potencian para generar aprendizaje, verdad, conocimiento de sí y del otro, de tal modo que el proceso educativo propicie además el desarrollo de aptitudes y actitudes, fruto de la maduración de criterios y valores para lograr el crecimiento personal y el beneficio colectivo.

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